Destino: fracasar


Sí, todos estamos destinados a fracasar. Al menos eso fue lo que me dijo un sujeto que predicaba la palabra de alguien para conseguir dinero. Dispuesto a todo, se aventó un speech de más de 20 minutos donde hablaba sobre la hermosura de la gente y los motivos que cada uno tiene en la vida. Y lo único que se me quedó fue el destino de todos: fracasar.
Algunos pueden ya estar llorando (o no) después de estas fuertes declaraciones. Tranquilos, hay salvación. Y sí, adivinaron, también la dijo aquel sujeto, en el mismo discurso de 20 minutos. No importa que tan miserables podamos ser o bajo qué condiciones estemos viviendo a la hora de fracasar, sino el intento. Intentarlo es todo.
Las personas que ya están experimentadas lo sabemos (sólo tengo 20 años pero, si se piensa bien, es un quinto de siglo. ¡Aguas!). Siempre lo intentamos, y no con el afán de poder jactarnos de poder decir la frase favorita de cuando algo no se consigue: “la intención es lo que cuenta”, sino con la idea de mejorar, de exprimir lo mejor que cada experiencia puede aportarnos.
Muchas veces sabemos que lo que haremos ya está perdido desde el principio, pero eso no evita que lo hagamos. Y no, no es un impulso de idiotez, es de brillantez, ya que a pesar de tener en claro lo imposible que pueda ser, intentarlo es lo salvable, lo que se puede aprovechar para aprender del fracaso o, en el mejor de los casos, ganar, como siempre (gracias, Belinda).
Hemos experimentado tantas asignaturas reprobadas en la escuela, muchos corazones rotos, caídas de tu comida favorita, helados derretidos, llegadas a deshora, caídas, sollozos, golpes, rasguños, mordidas y malos tratos de la vida, pero aun así seguimos existiendo, no cesamos de intentarlos, de levantarnos cada día, tal vez con más o menos ganas que el anterior, pero ponemos los pies sobre la tierra al lado del colchón, nos paramos y caminamos con paso firme. Seguramente ese día vamos fracasar, no obstante también conseguiremos logros.
Aunque siempre hay dos posturas. La segunda, en este caso, es no volver a intentarlo. Seguramente el fracaso ha golpeado tanto a algunos que un día deciden no continuar con algo, o quizá con todo, pero eso ya es decisión de cada uno.
El fracaso es algo inherente para el ser humano, pues si no caemos al piso para volver a levantarnos ¿cuál sería el chiste la vida? La adversidad existe porque cada uno de nosotros tenemos la capacidad de levantarnos. Lamento leerme tan motivacional, pero el monólogo del sujeto me llegó y, posiblemente, pueda estar en más personas.
Tal vez sí estemos destinados a fracasar, pero intentarlo no cuesta nada, mucho menos cuando, si logramos ganar (como siempre), es para nuestro bienestar y mejoramiento de la especie, aunque sea desde nuestra mortal posición.

Tal vez aquel sujeto, con aires de Paulo Coehlo y autoestima elevadísima, sea una persona más en la vida, pero tuvo el tiempo de sentarse y hablar sobre algo que no todos dicen y, lo mejor, logró dejar huella en mí para yo poder escribir esto. Gracias.

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